Historia – Los Neandertales
Los restos humanos cementados dentro del pie del talud del “conglomerado A” –fechados entre hace 55.000 y 50.000 años- incluyen muchos huesos en conexión anatómica. Consideramos que se han encontrado los restos esqueléticos correspondientes al primer hallazgo del 1991, además de otros dos cráneos con sus mandíbulas y huesos de otras partes de los esqueletos correspondientes. El total supera los 300 diferentes huesos o dientes humanos. Más de la mitad pertenecen a los esqueletos del talud, que sólo empezaron a hacer acto de presencia en la excavación en 2003.
Un aspecto de los nuevos esqueletos (dos adultos y un niño) en estado de conexión anatómica que nos preocupa es el proceso responsable de su deposición. Los huesos no muestran señales de fuego ni de haber sufrido cortes artificiales. Es verosímil que el enterramiento de los cadáveres pudiera haberse producido por causas naturales, quizás por un derrumbe de piedras desde la ladera encima de la sima, y que después de su descomposición parcial los elementos todavía mantenidos en articulación por ligamentos fueron cementados por precipitación del carbonato cálcico que los envolvió. No obstante, el hecho de que algunos elementos en conexión anatómica ofrezcan un aspecto que podría corresponder a una postura anatómica no horizontal, sino ligeramente inclinada, permite consideraciones adicionales. Éstas incluyen la del deslizamiento de cadáveres en sincronía con las piedras que los recubriesen si, por ejemplo, la muerte los hubiese sorprendido dormidos en la entrada, cuando una avalancha de piedras los habría arrastrado adentro (quizás causada por una tormenta o un terremoto), o por el contrario si otras personas hubieran tapado a los muertos con piedras de manera cruda.
La singular importancia de esqueletos neandertales en conexión anatómica se debe a la oportunidad que ofrecen de acertar con gran exactitud en el cómputo de datos morfológicos como la talla y el peso individuales. Tanto el índice crural como la relación talla/masa corporal sitúan los adultos SP-96 y SP-92 dentro de los neandertales sin duda alguna aunque su talla es relativamente baja, por lo que cabe preguntarse si influyera bien la adaptación a condiciones climatológicas benévolas o la deriva genética. Por otra parte, SP-96 es un esqueleto femenino según demuestra el estudio preliminar a través del escáner TAC del Hospital de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia iniciado en 2011 en colaboración con los investigadores los Dres. Christoph Zollikofer y Marcia Ponce de León de la Universidad de Zúrich.
Quedan muchas preguntas e incógnitas, y todavía queda que excavar una profundidad de quince metros de “breccia” en la sima. La futura investigación de estos sedimentos seguramente proporcionará nuevas sorpresas científicas.